Text de Carlos Rodríguez Morales

Pueblos engullidos por ciudades, pequeñas urbes en medio del mundo, ciudades antiguas convertidas en pueblos… Cada barrio tiene su historia, su carácter, y sin embargo todos se parecen. Igual que se nace en una familia, se nace a la vida en las calles de un barrio y ya nunca podremos desvincularnos de este paisaje primero. La comparación admite lecturas más o menos freudianas: la casa propia como vientre materno, la calle como primera evasión, el amor en las plazas, en otros distritos… Para volver al barrio no hace falta abandonarlo, basta con que el tiempo pase. Y regresar a sus imágenes.

Carlos Rodríguez Morales